A muchas personas les encanta, pero a veces después de consumirlas experimentan gases e inflamación. Esto se debe a la presencia de rafinosa, una azúcar que nuestro cuerpo no puede digerir por falta de una enzima específica. Sin embargo, hay una forma de disminuir la cantidad de rafinosa en las lentejas. Un método efectivo es remojarlas en agua con una cucharada de bicarbonato de sodio por litro durante 24 horas antes de cocinarlas. Al remojarlas, la cáscara se vuelve más gelatinosa y comienza el proceso de fermentación de la rafinosa, lo que facilita su digestión. Además, el bicarbonato ayuda a que la cáscara se ablande y se desprenda durante la cocción, reduciendo aún más la cantidad de rafinosa. También ayuda a que el proceso de cocción sea más rápido. Entonces, la próxima vez que cocines lentejas, trata de remojarlas antes con bicarbonato de sodio para disfrutar de una mejor digestión.
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Nota redactada por el equipo de Nutrición Avanzada, expertas en Iridología y Nutrición Holística
