Los beneficios de este dieta se deben principalmente a una reducción o en algunos casos casi una eliminación completa, de la glucosa (azúcar). La glucosa u otras moléculas se encuentran en todos los alimentos con carbohidratos, ya sean granos, legumbres, vegetales con almidón, frutas y edulcorantes de todo tipo.
Este tipo de alimentación hace que la glucosa se agote rápidamente y cuando el suministro se vuelve lo suficientemente bajo, el cuerpo convierte la grasa de reserva para obtener combustible como una fuente de energía. Ya sea grasa proveniente la alimentación o de tu propia grasa corporal almacenada. Nuestros cuerpos normalmente funcionan con glucosa o azúcar para obtener energía, pero no podemos producir glucosa por nuestra cuenta.
Si llevamos este régimen, comenzaremos a quemar la grasa almacenada como combustible. Esta es la razón por la que las dietas bajas en carbohidratos a menudo conducen a una pérdida rápida de peso y otras mejoras metabólicas en un período de tiempo relativamente corto.
Qué se puede comer en una dieta baja en carbohidratos: La mejor manera de comenzar a hacer el cambio es simplemente concentrarse en eliminar las principales fuentes de azúcar y carbohidratos, especialmente de los bocadillos de azúcar, bebidas azucaradas, cereales, legumbres y productos lácteos. Al mismo tiempo, aumenta las grasas saludables (aguacate, aceite de oliva, almendras, semillas de girasol, aceite omega (balance) y las proteínas de calidad.