Con las condiciones adecuadas, la planta que da el tomate es fácil de cultivar y es muy productiva. Los tomates son una excelente fuente de nutrientes y es ideal para complementar una ensalada o hacer una salsa casera.
Estudios demuestran que los tomates orgánicos contienen 55% más vitamina C y 139% más contenido antioxidante que un tomate convencional, por lo que orgánicos son más nutritivos. El tomate contiene licopeno, el antioxidante carotenoide responsable de darle su color. La sustancia gelatinosa que rodea las semillas contiene otros antioxidantes como el licopeno, la luteína y zeaxantina. Otros antioxidantes en el tomate como kaempferol, quercetina, rutina, ácido cafeico, ácido cumarico y ácido ferúlico son excelentes anticancerígenos. También contiene vitaminas K y B, cobre, manganeso y potasio.
Aunque en teoría comer las verduras crudas ayuda a conservar mejor sus nutrientes, hay ciertos casos en los que al estar cocidos aumentan la biodisponibilidad de los antioxidantes. En el caso del tomate, al cocerlo, se incrementa en un 62% sus niveles de antioxidantes y en un 35% la biodisponibilidad del licopeno. También, hay estudios que comprueban que el cocer el tomate promueve la salud intestinal al incrementar las bacterias buenas de la microbiota.
El licopeno ayuda a prevenir y a tratar enfermedades como el cáncer, en especial de pulmón y próstata, y enfermedades cardiovasculares. También juega un rol importante en la salud ósea. Como es un nutriente liposoluble, o sea, soluble en grasa, si acompañamos el tomate con una grasa saludable (p.ej. aciete de oliva extra virgen o aguacate) se absorbe mucho más fácil en el intestino.
También, al cocer el tomate, nos deshacemos de las lectinas, proteínas vegetales que se unen al azúcar y se adhieren a las membranas celulares. Las lectinas están presentes en las plantas solanáceas, y pueden contribuir al intestino permeable, causar un aumento de peso, alterar la función endocrina y promover la inflamación.
Podemos hacer en casa salsas de tomate y usarlo para acompañar nuestras comidas y así obtener todos sus nutrientes y beneficios. Es cuestión de hervir el tomate junto con cilantro, cebolla, ajo, chile (opcional) y salpimentar al gusto, luego licuar y ¡listo! tienes tu salsa casera.