La comida occidental suele ser demasiado salada. Se sabe que un consumo excesivo de sal promueve la hipertensión, las enfermedades cardíacas y los cálculos renales. También puede tener un impacto negativo en enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. Además, un desequilibrio de la flora intestinal o microbiota se ha asociado con diferentes enfermedades. ¿Puede la sal jugar un papel en este desequilibrio? Eso es lo que los científicos alemanes querían saber.
Riesgos asociados con la ingesta de sal: la sal es dañina para los órganos incluso sin presión arterial alta.
Lo que muestra el estudio
En un estudio publicado a finales de 2017 en Nature, los investigadores del Centro Max Delbrück en Berlín mostraron que la ingesta de sal afecta la microbiota intestinal. Específicamente, en el ratón, el exceso de sal mata a los lactobacilos de la flora intestinal de Lactobacillus murinus, aumenta la presión sanguínea, así como también el número de linfocitos Th17. Estas células inmunitarias están asociadas con hipertensión y enfermedades autoinmunes como la esclerosis múltiple. La inducción de linfocitos Th17 depende de la microbiota intestinal.
Todavía en el ratón, los probióticos mejoran los síntomas: cuando los animales que siguieron una dieta muy salada recibieron probióticos que contienen lactobacilos, los linfocitos Th17 disminuyeron al igual que la presión sanguínea.
Y en el hombre? Los investigadores realizaron un pequeño estudio piloto de 12 hombres sanos que ingirieron 6 gramos más de sal cada día durante dos semanas, sin cambiar sus otros hábitos alimenticios (duplicando su consumo diario de sal). Después de 14 días de dieta salada, los lactobacilos ya no se detectaban en casa. Además, su presión arterial había aumentado al igual que el número de células Th17.
La sal parece alterar la composición de la flora intestinal en ratones y humanos, lo que sugiere que la microbiota intestinal juega un papel en las enfermedades relacionadas con la ingesta de sal. Esta investigación abre la posibilidad de tratar ciertas patologías con probióticos, como lo sugiere Ralf Linker, uno de los autores de este trabajo: “La esclerosis múltiple podría ser una de las enfermedades sensibles a la sal que podríamos tratar con el futuro con probióticos adaptados a las necesidades individuales, además de las inmunoterapias convencionales. “
La Organización Mundial de la Salud recomienda consumir no más de 5 g de sal (cloruro de sodio) por día. ¡Pero tenga cuidado con la sal de comida que no es solo la que se agrega con el salero! La mayoría de la sal que consumimos (80-90%) está escondida en la dieta: pan, queso, pero también alimentos industriales (galletas, platos preparados, chips, bizcochos, pasteles, embutidos, cubos de bouillons, Cereales para el desayuno… les SUPER RECOMIENDO imprimir la lista del super en nutricionavanzada.com.mx
Para reducir el consumo de sal evite los alimentos ultraprocesados (como el jamón y los quesos), disminuye o elimina el consumo de pan. Puedes dar sabor a sus platos con hierbas y especias para mejorar su sabor sin agregar sal.