Jean-Marc Dupuis, el pseudónimo utilizado por un editor anónimo para la revista francesa Salud, Innovación y Naturaleza (Santé Nature Inovation) alerta en un boletín electrónico expedido a inicios del mes de febrero sobre el uso desmedido de antidepresivos en el embarazo y las consecuencias desastrosas que esto pudiera generar.
Los antidepresivos como el Prozac, Zoloft, Paxil, Seropram consumidos durante el embarazo aumentan en un 87% el riesgo de autismo en los niños.
Un estudio publicado el lunes 14 de diciembre de 2015, en la Revista de la Asociación Médica de Estados Unidos confirma que, desafortunadamente, el uso de antidepresivos está aumentando rápidamente entre las mujeres embarazadas. 13% de las mujeres embarazadas en 2003 tomó antidepresivos, frente a sólo el 6% en 1999, una duplicación en 4 años.
Datos que son alarmantes:
Prozac y otros antidepresivos en su clase (llamados ISRS por ser: inhibidores selectivos de la recaptura de serotonina) pueden causar otros problemas graves en los bebés: el riesgo de defectos cardíacos registró aumentos de 240% y anencefalia (ausencia de cerebro) en un 350%.
Dupuis asevera que estos medicamentos no son más eficaces que la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC es un enfoque psicológico natural basada en el diálogo y la reflexión. No requieren medicación y están desprovistos de efectos secundarios. Un nuevo estudio publicado en el British Medical Journal, el 8 de diciembre del año 2015 confirmó que la TCC tiene al menos el mismo efecto que el Prozac y otros ISRS contra la depresión, incluso en los casos más graves.
Una reacción en diciembre de 2015 de la prensa estadounidense a través de la Dra. Susan Hyman, ex Presidente de la Comisión de Autismo en la Asociación Americana de Pediatría, “No queremos que las personas se sientan culpables” por las anormalidades que presentan sus hijos por haber tomado la medicina. “Sería contraproducente.”
El Dr. Anick Bérard, un investigador de la Universidad de Montreal y co-autor del estudio sobre el Prozac y el autismo, dijo que, en la medida en que los antidepresivos “siguen utilizándose ampliamente” por las mujeres embarazadas, la única acción a tomar es “llevar a cabo más estudios para comprender mejor los efectos a largo plazo sobre el desarrollo neurológico de los niños”.
Para Dupuis esto significa que no habrá ninguna alerta para detener de inmediato la prescripción de estos fármacos. Lo que significa que la epidemia de autismo va a continuar.
“Tomar antidepresivos durante el embarazo se convertiría en una especie de nuevo “derecho humano”, o más bien de las mujeres, garantizada por los médicos. Y demasiado malo para estas mujeres si luego se encuentran con un hijo enfermo, y aún más malo para los propios niños.” dijo Dupuis.
En el boletín el autor francés menciona 3 hechos impactantes sobre los antidepresivos:
- Los antidepresivos no son, generalmente, más efectivos que una píldora de azúcar (placebo).
- Al comienzo del tratamiento, el consumo de antidepresivos aumenta el riesgo de intento de suicidio.
- Plantas, son más eficaces, y con menos efectos secundarios.
Pero los antidepresivos no son, por mucho, los únicos medicamentos que tienen efectos graves en el feto. Se pueden mencionar, entre los que ya están reconocidos oficialmente, algunos como:
El Depakine, un medicamento prescrito contra la epilepsia y el trastorno bipolar: aumenta en gran medida el número de defectos congénitos y reduce el coeficiente intelectual de los niños; Depakine cubrió los titulares en junio de 2015, cuando una madre encontró después de 17 años la causa de la enfermedad de su hijo que el doctor le había escondido.
La isotretinoína (Roaccutane) en contra del acné.
El metotrexato y ciclofosfamida (utilizado en la quimioterapia o en las enfermedades autoinmunes, evitan que las células se dividan y por lo tanto tienen graves consecuencias para el feto).
La talidomida: este medicamento prescrito contra las náuseas de las mujeres embarazadas en los años 60s cobró de 10 000 a 20 000 víctimas en todo el mundo. La talidomida produce una atrofia de las extremidades reduciéndoles al estado de muñones; todavía se permite y se utiliza hoy en contra de lupus, enfermedad de Crohn, la lepra y el cáncer.
El micofenolato, un inmunosupresor.
Todos estos medicamentos, y muchos otros, están clasificados como “teratogénicos”. “Teratos” significa “monstruo” en griego, y teratogénico significa entonces “máquina de monstruo.”
Y Jean-Marc Dupuis agrega: “Así que en lugar de decirle a las mujeres: ‘Yo te daré un pequeño antidepresivo; tiene un ligero efecto teratogénico pero no se preocupe.’
Si se les dijera: ‘Yo te daré un pequeño antidepresivo; que tiene un ligero efecto de fabricante de monstruos pero no se preocupe.’, tengo la sensación de que las mujeres embarazadas no reaccionarían de la misma manera. Y sin embargo, significa exactamente lo mismo.”
Pero en cierto momento, el escrito del editor, quien pertenece además a la “Comisión de Ética” del Instituto para la Protección de la Salud Natural (IPSN), parece más enfocado a afirmar que “el gremio médico es quien prescribe sin cautela y remordimiento medicamentos antidepresivos a mujeres embarazadas.”
Párrafos como éstos lo comprueban:
“Pero es una de las más antiguas tradiciones médicas, el uso de las palabras griegas complicadas para un fenómeno sencillo y claro: Impresionar.”
Así como la medicina habla de “vaciamiento” en el sentido de “orinar”, de la “epistaxis” para decir “sangrado por la nariz”, “rinorrea” para “goteo de la nariz” o incluso “la enfermedad criptogénica” para llamar a una enfermedad de causa desconocida, ya que “cripto” significa “oculto” en griego y “criptogénica” algo cuya causa es “oculta.”
También se conoce como enfermedades “idiopáticas” para referirse a una enfermedad “que no se podía atribuir la causa”: el paciente se siente enfermo, pero la medicina no puede encontrar el origen.
Esto permite a las personas que dominan este vocabulario aparentar tener algo más de lo que en realidad tienen: experiencia.
La próxima vez que vesa un amigo con hemorragia nasal, acércate, escanéalo con el ceño fruncido, raspa tu garganta y declara muy seguro: ‘Hm… eso es muy claro. Sufre una epistaxis criptogénica’.
Lo que traducido sería ‘estás sangrando por la nariz y no se sabe por qué.’
Pero con el amigo que te escucha, se garantiza el efecto. En lugar de asumir que no le puedes ayudar, llegará a la conclusión que tus conocimientos médicos son impresionantes y puede por lo tanto confiar ciegamente!”
Cabe destacar que Dupuis es reconocido por no contar con estudios que avalen sus “conocimientos” sobre medicina, y para el caso, ni de periodismo. Y en la red, se sospecha que es un personaje falso creado por las compañías para promover suplementos dietéticos.
Y continúa el escritor: “Todo esto para decir que tengan cuidado con los medicamentos teratogénicos. La palabra parece “académica” y por lo tanto tranquilizadora. La realidad, es extremadamente cruel: estos medicamentos son “fabricantes de monstruos’.”
En eso podemos estar de acuerdo, en la parte que hay que tener precaución con los medicamentos que se ingieren durante el embarazo, pero con un adecuado control prenatal a través de las visitas periódicas al ginecólogo(a) no debe haber mayor problema. Y agrego: en el estado de gravidez, aún los suplementos naturales podrían ser dañinos.
Por lo tanto, concluyo haciendo la invitación a hacer cambios en el estilo de vida y en la alimentación; el mejor tratamiento y el más efectivo, es el preventivo. Lo ideal es que vivamos saludables, para no estar en la posición -en la medida que nos sea posible- de necesitar fármacos o tratamientos en estados de extremo cuidado, como lo es el embarazo.
Febrero 2016
Fuente: Dra. Rebeca Peña, Médico Cirujano y Partero egresado de la Facultad de Medicina UANL, con información de Jean Marc Dupuis en ‘Autisme: gare aux antidépresseurs pendant la grossesse’