Japón: Viena abraza la cultura de la bicicleta

 

En Praterstern, automóviles, autobuses y tranvías convergen de varias calles a una avenida que circunda la estación central de trenes de Viena, donde se encuentra un nuevo contador digital bajo la mirada de la rueda de la fortuna Riesenrad.

Es aproximadamente del tamaño de un señalamiento de publicidad de una parada de autobús y capta el paso de las ruedas de bicicletas con un sensor en el pavimento. 2.072 es el número en pantalla y marca el número de bicicletas que han pasado por este punto hasta hoy. Este medidor de ciclistas está haciendo visible al ciclismo, está haciendo que la gente se fije en él. Sólo hace 14 días que se ha colocado y está mostrando que Viena se está convirtiendo al ciclismo.

Viena ha organizado recientemente la Velo-City, una conferencia anual que ha reunido a más de 1.000 expertos en ciclismo y a 330 oradores de todo el mundo y les está dando un tour a los puntos ‘bike-friendly’ de la ciudad, viajando en Citybike -un sistema público de alquiler de bicicletas disponible en 100 estaciones automáticas distribuidas por toda la ciudad.

Están surgiendo también, docenas de empresas de alquiler privadas, incluyendo muchas especializadas en e-bikes, bicicletas eléctricas para los más precavidos, bicicletas para diferentes niveles de aptitud o diferentes capacidades que se pueden recargar gratuitamente en puntos de toda la ciudad.

Viena está a la mitad de su “Año de ciclismo”, un ambicioso plan quinquenal para tentar a los ciudadanos a abandonar los automóviles. Ante el creciente tráfico, los niveles de contaminación poco envidiables y los crecientes costos del combustible, la ciudad ha decidido aprender de capitales progresistas como Munich, Copenhague y Amsterdam, que han adoptado la cultura de ciclismo, y ha firmado, como ellas, el Charter de Bruselas, que le compromete a promover el ciclismo, establecer objetivos claros de seguridad vial y un logro del 15% de ‘participación modal’ -el porcentaje de viajes en bicicleta sobre el total de viajes de los habitantes de la ciudad.

“Ahora tenemos en Viena de un 5 a 6 por ciento de participación modal”, dice Wolfgang Dvorak Presidente de Velo-City, “Nuestro objetivo es doblar la cifra para 2015. Estamos trabajando en muchos cambios en la infraestructura para facilitar el ciclismo urbano. En general, la situación es que somos una población creciente y no tenemos más espacio. Necesitamos crearlo y detener la congestión y la contaminación del aire”.

Para las personas que viven en las ciudades, tener un espacio para estacionar su bicicleta con seguridad era un obstáculo importante, razón por la cual Viena, ahora, acaba de terminar un proyecto piloto llamado Ciudad de la Bicicleta, un desarrollo de 100 viviendas para personas de ingresos medios, con amplios pasillos y ascensores comunes, con bastidores para bicicletas fuera de cada puerta, en cada piso.

Michael Szeiler, un experto de planificación de tráfico austríaco, es uno de los primeros residentes que se ha mudado. “Aquí los alquileres son asequibles porque los constructores han ahorrado dinero al no poner cocheras particulares -han construido sólo 50 espacios, en lugar de uno por vivienda, como es lo habitual. Las personas todavía tienen automóviles”, dice, “pero quienes viven aquí hacen 25% de sus traslados en bicicleta, en comparación con el 6% de cualquier otro vienés”. Szeiler ha estado trabajando en proyectos para enlazar diferentes zonas residenciales. En ciertos puntos de acceso, están programados semáforos con detectores de automóviles y dan prioridad a los ciclistas para que no tengan que estar deteniéndose constantemente. La ciudad está invirtiendo mucho en infraestructura, se ha inaugurado la segunda calle comercial libre de coches, con zonas compartidas por ciclistas y peatones; con un costo de €4,5 millones, que según los políticos es el 5% del presupuesto anual de carreteras.

Maria Vassilakou, encargada en la alcaldía de Viena de la planificación urbana dice, “Viena es la ciudad de habla alemana de más rápido crecimiento en Europa y si continuáramos con la política de un automóvil por persona, nos convertiríamos en un atasco de tráfico. El ciclismo consiste en reducir la congestión y crear espacio. Nos hemos fijado una meta ambiciosa, crucial para nuestra supervivencia: duplicar el número de ciclistas para 2015”. Ella admite que algunas medidas han sido polémicas, la ciudad tiene la intención de eliminar espacios de estacionamiento para hacer espacios combinados para los carriles de peatones y de ciclistas. “Este es un tema candente”, dice, “ en todas las ciudades del mundo hay conflicto entre el ciclismo y los coches, y se tiene que hacer un esfuerzo para convencer a gente que va a mejorar su vida cotidiana. Tenemos que ser creativos para animar a la gente a ser respetuosos entre sí”.

Igualmente se está promoviendo el concepto de bicicletas de carga, como en Copenhague, para las entregas de las tiendas, bicicleta como taller de reparaciones menores, como micro tienda de conveniencia. Hay mucho que se puede hacer en el camino de los medios de subsistencia, pero la gente necesita ver la idea en acción para aceptarla.

Si nos fijamos en Beijing, ciudad de 5,4 millones de habitantes, el 58% se mueve en bicicleta. Las personas mayores o incluso minusválidos tienen adecuaciones y accesorios para hacer más fáciles sus traslados.

En las bicicletas caben no sólo respuestas a las necesidades físicas sino a la personalidad. En Viena se encuentran en su etapa de pasarela. Hay tiendas de bicicleta para todos los gustos. Asequibilidad es la clave, ya que la infraestructura poco a poco va llegando. Mientras en la Praterstern, el contador digital sigue en movimiento.

Fuente: japantimes.co.jp

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