Durante estas dos semanas, la mayor parte de nosotros ofrecemos de regalo a nuestra familia y amigos, chocolates o repostería elaborada con amor.
Existen dos tipos de personas, las que pueden tener guardado en su refrigerador por tiempo prolongado esa cajita o ese platito lleno de dulzura extrema y las que no pueden frenar y tienen que terminarlo rápidamente, pensando que el día de mañana no llegará. ¿Es cuestión de temperamento? ¿Es cuestión de hábitos? ¿Es cuestión de adicción? ¿Es cuestión de fechas? … ¿Es cuestión de la agudeza de nuestros sentidos?
Dios nos concedió un mecanismo fisiológico de percepción que son los sentidos. Estos nos permiten percibir lo que está a nuestro alrededor al igual que determinados estados internos del organismo. Contamos con 6 sentidos: el gusto, el olfato, la vista, el tacto, el oído y la intuición.
Me ha sucedido que me dan a probar una rebanada de pastel que para mí resulta demasiado dulce mientras que la persona que está a mi lado se sirve dos rebanadas. No es cuestión de contar calorías o juzgar quien come más o quien come menos, es cuestión de sentirse empalagado lleno de azúcar o bien, satisfecho con muy poca cantidad.
Para lograr esto, es necesario tener una dieta balanceada entre el consumo de proteínas y grasas ya que de ello depende que nosotros comamos más o menos carbohidratos.
También es importante tener higiene bucal. Lavarse los dientes y la lengua con bicarbonato ayuda a agudizar nuestras glándulas gustativas. (Prueba los nuevos cepillos con vibrador).
Otro punto clave es comer despacio, que permite que nos llegue la señal que va del estómago al cerebro de que ya estamos satisfechos. Entre menos cantidad de alimento introduzcamos a nuestro cuerpo, este permanecerá más oxigenado, tendremos mayor calidad de horas de sueño y por consecuencia más salud y mejor calidad de vida.
Te recomiendo que en estos días, bebas vasos de agua natural con una pizca de bicarbonato, escuches música que te haga sentir feliz, desayunes proteína, como machacado con huevo o yogurt griego con fruta y nueces. Disfruta del té; mis favoritos son el Easydetox, Easyph, HappyTea y el de canela, bebe agua mineral y come despacio.
Existe evidencia científica que demuestra que entre más saboreamos la comida, entre más conscientes estamos de su sabor y su textura, más estimulamos ciertas áreas del cerebro que nos hacen más inteligentes.
Disfrutemos la oportunidad de convivir con nuestras familias y amigos. Instalémonos en el fenómeno neuronal conocido como mindfulness, que es la capacidad de vivir y disfrutar el momento presente en su máxima expresión.
¡Felices Fiestas!