Además de ayudar a fortalecer nuestro sistema inmune, los probióticos también nos pueden ayudar a prevenir otro tipo de enfermedades. Cada vez hay más evidencia científica que demuestra cómo las bacterias que viven en nuestro intestino pueden controlar nuestro peso, la salud mental, y prevenir enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Estudios recientes demuestran que personas que consumen con regularidad probióticos tienden a tener una presión arterial más baja que las personas que no lo hacen. También demuestran tener un mejor equilibrio de las bacterias buenas en el intestino, una disminución de la permeabilidad intestinal, y una menor inflamación del sistema nervioso central.
La presión arterial alta, o hipertensión, en ocasiones no causa ningún síntoma, por eso también se le conoce como la enfermedad silenciosa. Es factor de riesgo para padecer un ataque cardíaco o un derrame cerebral; he ahí la importancia de revisar con frecuencia nuestra presión y llevar a cabo un estilo de vida saludable para evitar niveles elevados de la misma.
Para comenzar a favorecer tu flora intestinal, puedes tomar en ayunas probióticos líquidos (se absorben mejor) y aumentar el consumo de alimentos fermentados de manera tradicional: caldo de hueso de pollo, vinagre de sidra de manzana, chucrut, pepinillos, kéfir de coco, entre otros. También se recomienda preferir carne y pollo orgánico, de lo contrario, se puede alterar la flora con los antibióticos residuales de los animales criados CAFO (concentrated feeding operation). De la misma manera, aumentar el consumo de prebióticos, los cuales se encuentran en alimentos altos en fibra tales como las verduras.