Cada vez más familias consideran que la mejor inmunización es tener la enfermedad. Los especialistas destacan el peligro derivado de este comportamiento
Reunidos en la IV Jornada de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría, que se celebra en Valencia, los facultativos advirtieron que están detectando una tendencia creciente en considerar que la mejor inmunización de los niños consiste en pasar la enfermedad. “Una mentira repetida no la convierte en verdad y sobre todo ese movimiento antivacuna no se sustenta en ningún dato científico”, apuntó el pediatra y secretario del Comité Asesor de vacunas, Francisco Álvarez.
Los partidarios de estas tesis -padres con niveles de renta y estudios elevados- se concentran en España, sobre todo, en la franja mediterránea, tal vez por el flujo de turistas y residentes de países nórdicos, según los médicos. En Europa, es en Inglaterra, Holanda o Dinamarca, donde esta posición, que se asocia a la medicina natural, tiene más adeptos.
“Si hubieran visto las consecuencias de la polio no serían antivacunas”, señaló al respecto el presidente de la Asociación Española de Pediatría, Serafín Málaga. Él, por edad, añadió, sí tuvo que hacer frente a esta enfermedad que puede dejar graves secuelas físicas y que está erradicada en los países más desarrollados gracias a las vacunas. Criticó que esta postura supone ser “muy poco solidario” con las generaciones futuras ya que si se ha conseguido erradicar enfermedades es porque se vacunó a las generaciones predecesoras.
La doctora Teresa Hernández-Sampelayo advirtió de que las vacunas “pueden morir de éxito” ya que cuando una patología empieza a desaparecer gracias a ellas, como la polio, -o como la viruela, que, de hecho, ya no existe- la población “pierde el miedo a esta enfermedad y se teme más a los efectos adversos de la vacuna, cuando son mil veces menores”. Hernández-Sampelayo relató como ejemplo el caso de un niño que falleció de varicela tras superar un cáncer por no estar vacunado cuando aún estaba inmuno deprimido.
Las tesis contrarias a la vacunación infantil se extendieron apoyadas en un artículo -que finalmente se demostró que fue un engaño- publicado en la revista The Lancet en 1998, en el que se vinculó la vacuna triple vírica (Sarampión, Paperas y Rubéola) con el autismo. El autor de este trabajo, fue el médico británico Andrew Wakefield.
Dos años después de la publicación del artículo, The Lancet retiró el trabajo de Wakefield por no ajustarse a la realidad. Meses más tarde, el British Medical Journal, tras publicar varios reportajes que desmontaban las conclusiones del médico británico, calificó el trabajo que asociaba la vacuna con el autismo como “un sofisticado fraude”.
La Asociación Española de Pediatría recomienda a la Consejería de Sanidad que incluya también las vacunas que protegen frente al neumococo, la varicela y el rotavirus, así como adelantar la inoculación contra otras enfermedades.
El ahorro que supondría la inclusión de estas vacunas en el calendario, como hacen Galicia y País Vasco, y hasta hace poco Madrid, es superior a los costos de hospitalización, según se ha puesto de manifiesto en el encuentro. En las autonomías donde está incluida la vacuna de la varicela se han reducido entre un 80% y un 90% los contagios, y este beneficio se ha dado también en las comunidades limítrofes.
Noticia de España
Fuente: elpais.com
1 Comentario
Realmente es un caso de cero solidaridad, típico de la sociedad egoista que nos caracteriza. Pensando un poco en los demás promovamos las vacunas y dejemos un mejor mundo a nuestos nietos, al menos en lo que respecta a ciertas enfermedades.