Existen más de 50 nombres para el azúcar: sacarosa, dextrosa, fructosa, maltosa, dextrina, maltodextrina, jarabe de maíz de alta fructosa, glucosa, entre otros. La industria utiliza alguno de estos nombres para “esconder” el azúcar, pero eso no significa que deja de serlo.
Cuando comemos algo con azúcar, los receptores del gusto se activan, y envían señales al cerebro que estimulan la vía dopaminérgica, mejor conocida como la vía de recompensa. Por consiguiente, comer azúcar nos hace sentirnos felices y motivados, pero demasiado de algo suele ser lo opuesto a bueno. A medida que nuestra vía de recompensa se sigue estimulando, los receptores de dopamina se vuelven insensibles y requieren más dopamina para obtener la misma sensación. Para obtener esta misma respuesta, es necesario consumir cada vez más y más azúcar.
Este aumento en el consumo suele resultar en el aumento de peso. Una dieta alta en grasas saturadas y azúcar puede ocasionar cambios importantes en el cerebro que, junto con la liberación incrementada de neurotransmisores (dopamina) puede tener efectos desfavorables, por ejemplo:
Aprendizaje y memoria
Una dieta alta en azúcar y grasa saturada promueve el estrés oxidativo y, por ende, daño celular. En el 2010, se realizó un estudio con ratas en el que por tres días llevaban una dieta alta en azúcar y grasa saturada. Esto resultó en una disfunción hipocampal y ocasionó que las ratas tuvieran dificultades para encontrar comida dentro de un laberinto que ya conocían. El hipocampo es la parte del cerebro que se encarga del aprendizaje y la memoria. Otros estudios también demuestran que el hipocampo es sensible a una dieta alta en azúcar.
Adicción
La vía que se activa para la adicción es la misma que la vía de recompensa. Los aumentos constantes de la liberación de la dopamina, conducen a la desensibilización y cada vez se requieren más consumo para tener la sensación de felicidad, de recompensa. Cambia la expresión genética y crea un ciclo vicioso difícil de romper.
Depresión y ansiedad
Los intentos de tratar de romper el ciclo vicioso pueden provocar cambios de humor e irritabilidad. Eliminar todos los azúcares de la dieta puede llevar a algunos de los mismos síntomas de la abstinencia del medicamento. Los síntomas de abstinencia de azúcar incluyen dolores de cabeza, ansiedad, antojos e incluso escalofríos.
Déficits cognitivos
Las dietas prolongadas con alto contenido de azúcar pueden conducir a cambios en la expresión de los genes. Esto afecta todo, desde los neurotransmisores hasta los receptores y la función básica de la célula. En particular, los estudios sugieren que el factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés) se ve afectado. Este factor está activado en el hipocampo, la corteza y el cerebro anterior y es vital para el aprendizaje y la memoria.
Por lo tanto, hay una correlación entre los niveles bajos de BDNF y la enfermedad de Alzheimer, la depresión y la demencia. La investigación en el campo de la neurociencia continúa proporcionando información valiosa sobre el efecto que el exceso de azúcar tiene en el cerebro. La información adicional obtenida de dicha investigación también podría conducir a cambios en la forma en que se tratan los trastornos cognitivos específicos.