Esto no es sorprendente si se piensa en ello:
Los circuitos neuronales (en tu cuerpo y tu cerebro) que te hacen sentir dolor físico son en gran parte los mismos que los que se activan cuando ves a alguien sufrir, para ser torturados o pillarse los dedos en una puerta.
Si bloquea una automáticamente prohíbe el otro.
Este efecto indeseable se añade a otra ya bien conocido por paracetamol: riesgos para el hígado.
El paracetamol puede destruir las células del hígado. Los accidentes ocurren incluso en ausencia de una sobredosis, con el uso normal, según un estudio publicado el 23 de noviembre de 2011 en la revista British Journal of Clinical Pharmacology.
Pero, por supuesto, el riesgo se vuelve muy importante cuando se superan las dosis recomendadas. Si tomas más de 4 comprimidos de 1 g al día durante 7 días, entras en la zona peligrosa donde te puedes morir a causa de una hepatitis fulminante (acelerada y la destrucción total de su hígado).
De ahí la importancia de tener cuidado con esta droga todavía se considera “insignificante”.
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