Estudio en animales muestra que la dieta altera vías importantes asociados con el cerebro como respuesta al estrés, especialmente una dieta alta en fructosa.
El consumo de una dieta rica en fructosa durante la adolescencia puede empeorar el comportamiento depresivo y la ansiedad, así como la forma en que el cerebro responde al estrés, según una nueva investigación con animales programada para su presentación en Neurociencia 2014, reunión anual de la Sociedad para la Neurociencia y la mayor fuente del mundo de las nuevas noticias sobre la ciencia y la salud del cerebro.
“Nuestros resultados ofrecen nuevas ideas sobre las formas en que la dieta puede alterar la salud del cerebro y puede conducir a consecuencias importantes para la nutrición y el desarrollo de los adolescentes”, dijo el autor de Constanza Harrell, de la Universidad de Emory en Atlanta.
Harrell presentó su trabajo el sábado 15 de noviembre, participando con el tema “dieta no saludable, mente insana” en una conferencia de prensa.
Harrell es un estudiante graduado que trabaja con Gretchen Relincho, PhD, profesor asistente de fisiología, psiquiatría y ciencias conductuales de la Facultad de Medicina de la Universidad Emory.
La fructosa, un azúcar que se encuentra naturalmente en las frutas y verduras, pero también añade a muchos alimentos procesados y bebidas, puede promover efectos cardiovasculares negativos. También estimula las vías nerviosas que afectan la forma en que el cerebro responde al estrés, que puede tener efectos importantes sobre el comportamiento, incluyendo el empeoramiento de los síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad. Estos efectos son de especial preocupación durante los años de la adolescencia, que es un momento crítico para el desarrollo de la respuesta al estrés del cerebro. Para determinar si el consumo de fructosa tiene el potencial de crear cambios a largo plazo en el metabolismo y el comportamiento durante la adolescencia, Harrell y sus colegas dieron tanto en ratas adolescentes y adultas, ya sea una norma o una dieta alta en fructosa. Después de 10 semanas, el adolescente, pero no adultos ratas, en la dieta alta en fructosa tenía una respuesta de la hormona del estrés diferente a un estado estresante agudo, que era coherente con su comportamiento depresivo. Una vía genética en el cerebro que juega un papel clave en la regulación de la forma en que el cerebro responde al estrés también se vio alterada.
Estos resultados indican que el consumo de una dieta rica en fructosa durante la adolescencia puede exacerbar los comportamientos depresivos y afectar la forma en que el cuerpo y el cerebro responden al estrés.
Fuente: naturalhealthcare.ca