No. El olor no es una buena manera para detectar si la comida ya no sirve.
Es el final de un largo día y estás buscando en el refrigerador con la esperanza de encontrar algo para cenar que no incluya nada que necesite de “cocinar” más complicado que 2 minutos en el microondas.
Al fin lo encuentras, sacas del fondo del refrigerador un contenedor de sobras. Estás segur@ que no lleva tanto tiempo, así que lo destapas para oler el contenido.
Pero, ¿es correcto utilizar tu nariz para salvarte de una intoxicación?
De ninguna manera, es la respuesta de expertos en seguridad alimentaria. El olor no es una buena manera para decir si un alimento es seguro para comer, dice Lydia Buchtmann del Consejo de Información de Seguridad Alimentaria. “Muchas personas confían en la prueba del olfato, pero no significa nada en absoluto”, dice Buchtmann.
Cuando un plato con sobras empieza a expedir fuertes olores, significa que bacterias de descomposición han comenzado su desarrollo. Dichas bacterias son diferentes de las bacterias que provocan intoxicación alimentaria.
La descomposición es un cambio no querido en la composición de la comida. Un ejemplo de este tipo de bacterias es la Pseudomona, la cual puede provocar la descomposición de la carne, pescado, huevo, leche y quesos, usualmente es la causante del olor pútrido encontrado en las carnes.
Usualmente las bacterias de descomposición no provocan infecciones ni enfermedades, sin embargo no le dan a la comida un sabor placentero, y Buchtmann dice que no es buena idea ponerla en tu boca. “Normalmente si la comida huele mal – como la leche- se ha comenzado a descomponer,” dice Buchtmann.
Lo que no resuelve el olfato
De acuerdo con “Food Standards Australia New Zealand”, la intoxicación por alimento no cambia la apariencia, el olor ni el sabor de la comida. Este tipo de bacterias usualmente vienen de las heces de los animales y de la tierra. (Las bacterias conocidas por provocar intoxicación alimentaria incluyen Salmonella, Campylobacter jejuni, Staphylococcus aureus, E. coli y Listeria monocytogenes.)
En alimentos potencialmente peligrosos, algunas de estas bacterias que causan intoxicación por alimento pueden reproducirse entre los 5 y los 60°C. Este rango de temperatura se conoce como la “zona peligrosa”, así que alimentos fríos deberán de ser conservados más abajo de los 5°C y alimentos calientes arriba de los 60°C.
“Durante un par de horas un alimento puede ser suficientemente contaminado como para causar una intoxicación alimentaria.” Buchtmann dice. “La comida va a seguir oliendo igual y va a seguir teniendo el mismo sabor, pero puede hacer que te enfermes.”
Almacenar alimentos a la temperatura correcta ayuda a prevenir este tipo de enfermedades ya que enlentece la velocidad en la cual se multiplican las bacterias y no crecerán al número en el que pueden provocar enfermedades, de acuerdo a “Food Standars Australia New Zealand.”
Es seguro refrigerar alimentos riesgosos que han estado en la “zona peligrosa” por hasta 2 horas, pero inmediatamente utiliza o tira los alimentos que han estado en la “zona peligrosa” de 2 a 4 horas, tira cualquier alimento que lleva más de 4 horas.
Sin embargo, algunas bacterias y ciertos viruses pueden provocar enfermedades en personas en muy pequeñas cantidades. Por lo que es importante evitar contaminar alimentos con utensilios que se conocen por hospedar éstas bacterias. Menos comunes, los parásitos, cómo Giardia lamblia, pueden también causar enfermedades.
Fuente: abc.net.au/