Primeros 1000 días después de la Concepción
“pueden Programar el Futuro de la Salud”
Según investigadores de Australia los primeros 1000 días después de la concepción pueden programar eficazmente la salud de un bebé para el resto de su vida en un equilibrio vital de la naturaleza y la educación que los padres le puedan administrar.
También dicen que las recién embarazadas que se preocupan de no estar lo suficientemente saludables para el bien de sus hijos tiene tiempo de cambiar sus hábitos, pero tendrán que hacerlo de forma importante.
La Developmental Origins of Health and Disease Conference en el Centro de Convenciones de Adelaida examinará en estos días cómo los estilos de vida de los padres, durante el embarazo y en los primeros meses de vida, pueden influir en la salud futura del niño, incluyendo riesgo de obesidad, diabetes tipo 2, alergias y problemas de salud mental.
La investigadora de la Universidad de Adelaida, Dra. Beverly Muhlhausler, quien estará entre los científicos de todo el mundo en la Conferencia, dice que factores no-genéticos manejables pueden influir en la susceptibilidad a la enfermedad en su vida posterior.
Estos incluyen peso paterno y materno, la dieta en la concepción, el aumento de peso y la dieta materna durante el embarazo y con qué es alimentado el bebé.
“Las intervenciones nutricionales durante estas fases claves del desarrollo tienen un importante potencial para mejorar la salud del niño durante toda su vida”, dijo.
Ella destacó la importancia de estilos de vida saludables para ambos padres antes de la concepción y durante la planificación de la familia. Cómo comportamientos tales como fumar y beber puede afectar el esperma y el huevo, pero también dijo que recién embarazadas preocupadas de no ser lo suficientemente sanas, tienen tiempo para hacer algo al respecto.
“Muchas mujeres se embarazan sin planearlo y si modifican sus estilos de vida durante el embarazo, mejoran su dieta y hacen ejercicio, pueden ofrecer muchos beneficios a su bebé,” dijo.
Pero no es tan simple como “comer por dos”.
“La evidencia indica que en cuanto a nutrición durante el embarazo se refiere, recibir mucho puede ser tan malo como recibir poco”, dijo la Dra. Muhlhausler. Esto puede significar que una dieta alta en grasas saturadas y azúcar puede predisponer a un niño a preferir esos alimentos y “sobrecargar” sus células de grasa, mientras que comer demasiado poco puede programar los bebés a comer en exceso “porque los puntos de ajuste del hambre fueron alterados durante el desarrollo”.
Fuente: news.com.au