Existen muchos dichos, mitos y recomendaciones sobre como deberíamos de ingerir nuestros alimentos. Algunos son culturales – como el uso de herramientas para comer- otros incluyen sonidos mientras se come, mantener la boca cerrada o derramar la comida.
La mayoría de las madres les dicen a sus hijos que no se atraganten sus alimentos sino que coman despacio. Sin embargo, ¿está relacionado el comportamiento al comer en cuanto al tamaño de los bocados, la masticación y deglución rápida con la ganancia de peso y la obesidad? ¿Y hay algo de verdad en el viejo dicho de masticar 32 veces tus alimentos te hará bajar de peso?
Masticar alimentos lentamente y muchas veces ha sido una estrategia para el control de peso por décadas. Originalmente se basaba en ideas provenientes de la medicina. Un libro sobre la obesidad de 1926 escrito por el médico Leonard Williams menciona algunos buenos ejemplos del pensamiento médico de esa época.
El menciona que el estómago requiere que los alimentos estén “desintegrados correctamente por los dientes” y “envueltos en saliva” y que “todo el mundo sabe” que la comida debe de masticarse adecuadamente.
En décadas recientes es común que en regímenes alimentarios para perder peso se incluya el consejo sobre la completa masticación, o incluso se especifica un número de masticaciones por bocado. Esto va de la mano con otros “tips” como dejar en la mesa el cuchillo y el tenedor entre cada bocado, como manera de comer despacio y reducir la ingesta.
¿Qué sucede cuándo masticas?
Cuando masticas, masticas la comida en partículas pequeñas y se mezclan con la saliva en la boca. La Saliva inicia el proceso de digestión y la degradación de los alimentos. Esto continúa en el estómago, dónde se mezcla con ácido.
Los componentes degradados son después trasladados a través del intestino, con nutrientes y agua absorbidos en el camino, y la porción indigesta de fibra y alimentos parcialmente digeridos son expulsados fuera del cuerpo. Masticar los alimentos correctamente permite que el proceso inicie apropiadamente.
Todos se han dado cuenta de lo que sucede cuando no masticas correctamente algunos chícharos o elotitos. ¡No se procesan en lo absoluto! Esto es porque la cobertura externa de estos alimentos es resistente al ácido del estómago. Si no se mastican, el interior no se puede alcanzar así que no se digieren.
Algunos pensarán que esto es algo bueno – si mucho alimento no se digiere, bueno eso es una buena estrategia para el control de peso! Pero esto es falso.
Necesita haber suficiente tiempo durante la ingesta para que el cerebro reconozca que has comido. Si comes demasiado rápido puedes comer en exceso antes de que esto suceda y terminas comiendo más de lo que necesitas. Esto es por lo que la idea de comer despacio es una estrategia para el control de peso que puede funcionar.
Los alimentos necesitan con el intestino para estimular hormonas que regulan el hambre. Más estudios recientes apoyan esto. Investigadores de la Universidad de Birmingham confirman que no sólo la masticación prolongada reduce la ingesta, también comer algo entre comidas también.
Otros estudios han demostrad que personas obesas mastican menos y por periodos más cortos de tiempo que las personas en su peso normal. Esta información ha guiado al desarrollo de aparatos, como reductores del volumen de bocados, para reducir la velocidad a la hora de comer y aumentar la masticación.
¿Entonces por qué 32 veces? Es sólo un número arbitrario, pero la ciencia detrás es verdadera.
En una sociedad donde la evidencia guía las intervenciones de salud, esta vez parece que las mamás si saben más y deberíamos de disfrutar en vez de atragantarnos la comida. Es mejor para la nutrición en general, para la digestión y para decirle al cerebro que estamos llenos y no comer de más.
Fuente: theconversation.com
Autora: Sandra Capra, University of Queensland
Fecha de publicación: noviembre 22, 2015