Singapur, país consentido de clase mundial, con una calificación de puros dieces, colocado en la parte superior del salón de clase del mundo. Es oficialmente, el país con los alumnos de secundaria más inteligentes del mundo.
El éxito académico del país lo ha ayudado a convertirse en una economía próspera, y la forma en que ha construido el sistema de educación podría dar una estupenda lección al resto del mundo.
“Singapur es un caso fascinante”, dijo Marc Tucker, el Presidente del National Center on Education and the Economy. “Fue un importante puerto británico antes de la Segunda Guerra Mundial. Cuando la Gran Bretaña se retiró y cerró su base, Singapur quedó devastada… Hoy en día, es una de las mayores economías del mundo entero. Lo hicieron, en gran parte, con la educación y el entrenamiento”.
Si la transición de harapos a riquezas de Singapur fue construida en la educación, el secreto de su sistema de educación es la calidad de sus maestros. “Ellos seleccionan sus maestros entre los alumnos más destacados que se van graduando de sus colegios”, explicó Tucker.
Uso creativo del conocimiento
En los años de la posguerra, Singapur tenía una baja y barata cualificación laboral. Esto fue suficiente para que su sistema de educación tuviera como objetivo la alfabetización universal. Pero a partir de la década de 1970, las necesidades económicas de Singapur cambiaron. Rápidamente fue avanzando hacia la alta tecnología, empleos de cuello blanco fueron requeridos y por tanto el sistema de educación evolucionó lo necesario para mantener ese nivel. Pronto, el objetivo fue una educación de clase mundial para cada niño, y eso significaba pasar de aprender de memoria a estimular la creatividad.
“Tenían un solo sistema, cuando que era la única opción, pero tuvieron que ampliar la educación rápidamente”, dijo el director de Educación de la OCDE, Andreas Schleicher. “Pero al lograr esto, fueron los primeros en pensar, ¿Qué es lo que nuestros hijos necesitan para tener éxito en la economía del mañana?”
“Una cosa ha quedado muy clara para ellos: La economía mundial ya no recompensa a gente sólo por lo que saben. (Google lo sabe todo). La economía mundial recompensa a la gente por lo que puede hacer, con lo que sabe.”
“El énfasis en la aplicación, en el uso creativo del conocimiento es muy, muy fuerte en Singapur y otros países asiáticos”.
¿Podemos aprender a ser más inteligentes y más creativos?
La importancia de la educación se inculca a una edad muy temprana, antes de que los niños lleguen a la escuela primaria. “Creo que nosotros como educadores de preescolar, representamos los años de los cimientos”, dijo Diana Ong, Directora la de Pat’s Schoolhouse Sembawang Country Club, una escuela preescolar en el norte de Singapur. “Nosotros construimos los cimientos básicos”. “Creo que los primeros años de la vida de un niño son muy importantes. Cuando tienes un niño muy seguro, esa confianza en sí mismo, lo acompañará a él o a ella, a través de la escuela primaria. Pero, no sólo quieres un niño que sea inteligente, quieres un niño que sea resiliente”.
Schleicher dice que es parte de la cultura de muchos países de Asia que los padres den prioridad a la educación de sus hijos. «Comienza con la prioridad con que asignan los recursos a la educación», explicó. “En estos países, los padres y los abuelos invierten todo, hasta sus últimos recursos, hasta su último dinero en… la educación de sus hijos y nietos”.
“Se trata de una cuestión de prioridades. Y se puede ver en todos los niveles de las políticas públicas, la educación es lo primero. Es el futuro”.
Fuente: edition.cnn.com