Se dice que aproximadamente el 80 % de los propósitos de año nuevo son pospuestos en la segunda semana de febrero. Esto significa que si propusiste alguno para el 2018, hay una gran posibilidad de que no se haya cumplido.
Existen otras razones por las que posiblemente, también evites establecer objetivos, tal como el miedo al fracaso, rechazo o incluso el éxito; no obstante, fijar metas y apegarse a ellas es un comportamiento aprendido. La triste realidad es que, muchas personas no aprenden a establecer metas durante sus años de formación y simplemente, continúan sin establecer objetivos durante su edad adulta.
Recuerda que el primer paso para lograr tus objetivos es escribirlos. Un estudio realizado por Gail Matthews, Profesora de psicología en la Universidad Dominicana de California, reveló que las personas que escribían sus objetivos de forma regular tenían una probabilidad 42 % mayor de lograrlas, en comparación con quienes no lo hacían. Es relativamente fácil entusiasmarse con establecer objetivos e inclusive esforzarse por lograrlos durante el primer mes. Pero después de eso, podrías descubrir que a veces la motivación ha disminuido y la sensación de estar estancado e inseguro sobre como continuar; o cualquier otra razón haya bloqueado el progreso y regreses a donde empezaste.
Aquí es donde esta una clave importante en el cambio sobre todo si uno de los propósitos fue la perdida de peso, recuerda que la constancia es la mejor clave y sobre todo cambiar el hábito alimenticio que se viene arrastrando desde edad joven, parece difícil pero NO es imposible. Lo ideal es plantear metas tangibles, por ejemplo de 1 mes o bien de 1 semana para que el cambio sea visible. Una vez que hayas escrito tus objetivos y desarrollado una sensación de claridad y ganas de lograrlos, debes tenerlos presentes y visibles en todo momento.