El metabolismo es la suma de todas las reacciones químicas que tienen lugar en el organismo y, además, la suma de todos nuestros pensamientos, sentimientos, creencias y experiencias.
La idea en esta columna es compartir con ustedes la información que tenemos acerca de 8 importantes estimuladores metabólicos que podemos calificar como TRANSUSTANCIALES, que significa “muy por encima del reino de la materia”. No es posible tocarlos, ni verlos, ni embotellarlos, ni comprarlos por internet, pero son tan fundamentales para el metabolismo como las vitaminas, los minerales, el agua y el ejercicio. Sin ellos, nunca podríamos llegar a convertirnos en las creaturas vitales y expresivas que estamos destinados a ser.
Los ocho metabolizadores universales son:
La relajación
La calidad
La conciencia
El ritmo
El placer
El pensamiento
El relato
Lo sagrado
Pues bien…. Empecemos por el primero: LA RELAJACIÓN. Vivimos en una sociedad muy agitada y acelerada. Desde la mañana la gran mayoría de personas sale de sus casas corriendo, posiblemente en ayunas o con algo “muy ligero” en el estómago o posiblemente con algo en la mano para comer “de camino” hacia donde se dirigen. Como vivimos en una ciudad muy grande y hay poco tiempo para comer es frecuente que las personas se queden en sus trabajos y algunos llevan lonche, otros salen corriendo a comer en algún lugar cercano y otros más matan el hambre picando bolsas de botanas y tomando sodas, hasta que llegan en la noche a sus casas a cenar “en familia” en el mejor de los casos y en el peor viendo los noticieros. Ya tienen el cuadro mental de lo que ocurre en muchos hogares, pues bien, vamos ahora a recordar nuestras clases de Biología. Tanto el cuerpo de los humanos como el de los animales está preparado para que ante una amenaza externa, nuestro cerebro mande la señal de peligro y se segreguen importantes substancias como la adrenalina, noradrenalisna y cortisol para que estemos totalmente capacitados para LUCHAR o para HUIR. En la selva después de que un león corretea a unas cebras y alcanza y se come a alguna, las demás se quedan de lo más tranquilas y sus niveles de cortisol y adrenalina vuelven rápidamente a la normalidad. En el caso nuestro es distinto pues nosotros no podemos olvidar rápidamente aquello que nos estresó, continuamos mucho tiempo en ese estado y posteriormente cada vez que lo recordemos nos volvemos a angustiar y se vuelve a repetir todo el cuadro que básicamente es el siguiente:
Se acelera el ritmo cardiaco, la presión sanguínea aumenta, la respiración es rápida y superficial, se liberan en el sistema circulatorio las hormonas que ayudan a proporcionar energía inmediata como la adrenalina, la noradrenalina y el cortisol. El flujo sanguíneo se desvía del centro del cuerpo hacia la cabeza para poder pensar con rapidez, y a los brazos y a las piernas para tener la energía necesaria a la hora de luchar o huir. Lo más importante es que el sistema digestivo SE BLOQUEA.
Regresemos ahora a nuestro cuadro mental donde nos encontramos comiendo a toda prisa y preocupados por el trabajo, los hijos, la pareja, la economía, la inseguridad o el sobrepeso, entonces claro que disparamos la señal de alerta aún cuando no nos enfrentemos a una situación de vida o muerte, se desencadena el cuadro, el sistema digestivo se bloquea y ya conocemos el resultado: todos los trastornos digestivos posibles: acidez, agruras, colitis, gases, estreñimiento, fatiga después de comer, etc. etc.
Se ha investigado que el estrés también contribuye a la pérdida de calcio, fósforo, magnesio y hierro a través de la orina y otros factores que contribuyen a esto son: La cafeína, el alcohol, la contaminación del aire, el humo del cigarro, el exceso de azúcar y el ácido fosfórico que se encuentra en las sodas de cola, ocasionando un aumento alarmante de casos de osteoporosis.
¿Qué podemos hacer para disminuir el estrés y disfrutar mejor nuestros alimentos? En primer lugar vamos a esforzarnos por tener más minutos para disfrutar CON CALMA nuestra comida y en segundo lugar vamos a respirar de una manera consciente. Si estoy en la mesa y me doy cuenta de que estoy estresado y tenso puedo realizar el siguiente ejercicio:
Me siento con la espalda recta y los dos pies apoyados en el piso.
Puedo mantener los ojos abiertos o cerrados.
Aspiro profundamente llenando mis pulmones hasta aproximadamente dos tercios de su capacidad.
Aguanto la respiración durante unos segundos.
Exhalo por completo.
Repito este ejercicio diez veces.
Esta práctica logra disminuir el estrés en un minuto. La razón es que a cada estado emocional corresponden una frecuencia cerebral determinada y un patrón de respiración. Ante un susto contenemos la respiración y cuando estamos estresados respiramos de manera superficial y arrítmica. También se ha demostrado que la respiración lenta y profunda hace que aumente la liberación de endorfinas en el cuerpo, lo que produce una sensación de relajación y bienestar.
Durante la comida también checa como está tu respiración y si es necesario realiza el ajuste para que ésta sea pausada y profunda. Naturalmente estos ejercicios los puedes realizar no solo a la hora de la comida sino en cualquier otro momento en que te percates de que estás estresado.
Una mayor absorción de oxígeno no solo nos ayuda a metabolizar los alimentos, sino que también es necesaria para quemar el propio combustible interno del cuerpo: la grasa.
El efecto del ejercicio es en primer lugar, ayudar al cuerpo a absorber más oxígeno y en segundo lugar que el cuerpo aprenda como utilizar mejor ese oxígeno. Y la estrategia del cuerpo para usar mejor ese oxígeno consiste en utilizar la grasa como combustible. Lo más sorprendente es que tú puedes obtener al menos una parte de los beneficios del ejercicio aeróbico simplemente entrenándote para respirar mejor mientras estás comiendo. Respirar es literalmente UN EJERCICIO PARA QUEMAR GRASAS!!!!!!!
Estoy convencida de que en la medida de que me conozco mejor puedo detectar, más fácilmente, ante que situaciones me estreso y recurro a la comida como si ésta tuviera la capacidad de llenar “un vacío” o un hueco dentro de mí, o como una forma de protegerme, o una manera “de premiarme”.
Me encantaría saludarte personalmente y recibir los comentarios a esta columna a mi correo electrónico: lucymipsicologa@hotmail.com
Tu compañera en este camino de Salud y Bienestar
Lucinda Chaveznava
3 Comentarios
En resumen buenas emociones producen respuesta hormonal buenas y malas emociones produce respuesta hormonales malas como la de comer mas y conservar grasa porque puede que adelante ya no tenga para comer o cosas así… porque me siento pobre…
Excelente, me gustaría saber mas de la relación que existe entre la comida y las emociones, para entender mejor lo que esta pasando en mi cuerpo.
Hola Elena,
Te recomiendo el libro “Alimentación emocional”, te va a gustar, te ayuda a entender mejor.
Saludos.