Es la primera causa de enfermedad cardiovascular y de las muertes asociadas a esta patología. Sin embargo, la hipertensión sigue sin provocar el miedo que debería. Al menos eso es lo que sugiere un estudio internacional que pone sobre el tapete graves carencias tanto en el diagnóstico como en el control de la enfermedad a escala global.
Según sus datos, obtenidos tras un amplio estudio en diferentes contextos, menos de la mitad de los pacientes hipertensos sabe que lo son y apenas un tercio de los que reciben tratamiento maneja adecuadamente el trastorno.
“Son datos muy importantes aunque reflejen algo que ya era conocido por los especialistas”, señala Vicente Bertomeu, presidente de la Sociedad Española de Cardiología, quien recuerda que la realidad de España se asemejan bastante a la ‘fotografía’ realizada por el citado análisis. Aunque España no está incluida este estudio, las estimaciones que se manejan hablan de “un grado de control de la enfermedad que oscila entre el 40% y el 50%“, subraya el especialista.
Según aclara, hay múltiples factores que explican este ‘fallo’ en cuanto al manejo de la hipertensión. En un país como el nuestro, enfatiza, los hábitos de vida de la población general “no son los más saludables”, con altas cifras de sedentarismo y mala alimentación. Además, existe un grave problema de adherencia al tratamiento entre los pacientes diagnosticados, algo que, en parte, se debe a una falsa sensación de seguridad producida por “el hecho de que los factores de riesgo cardiovascular no dan síntomas” hasta que es demasiado tarde.
Un vistazo global
Para conocer hasta qué punto la hipertensión sigue siendo un desafío global, un equipo dirigido por Clara K. Chow, de la McMaster University de Hamilton (Canadá) evaluó la prevalencia, conocimiento, nivel de tratamiento y control de la enfermedad de 142.042 personas procedentes de 628 comunidades de 17 países con un desarrollo dispar. (Los países analizados fueron Canadá, Suecia, Emiratos Árabes, Argentina, Brasil, Chile, Polonia, Turquía, Malasia, Sudáfrica, China, Colombia, Irán, Bangladesh, la India, Pakistán y Zimbabue).
Tras analizar el historial de los individuos y medir sus niveles de presión arterial en varias ocasiones (se reclutaron participantes entre 2003 y 2009), los investigadores comprobaron que un 41% de los analizados padecían la enfermedad, aunque sólo un 46,5% de ellos lo sabía. Entre los diagnosticados, la gran mayoría recibía tratamiento farmacológico, sin embargo, apenas un 32,5% mantenía sus niveles de hipertensión por debajo de los 140/90 mm Hg.
Y esos datos eran aplicables tanto en los países con altos ingresos, como en aquellos cuya situación económica era menos boyante.
Un dato que destaca el estudio es el hecho de que los niveles bajos de educación se asociaban con menores tasas de conocimiento y con un peor control de la enfermedad en los países con menos recursos, lo que, según Bertomeu, demuestra que “la ignorancia es una gran aliada de la hipertensión“.
Para este especialista, a la hora de hacer frente a la hipertensión también es clave la estructura sanitaria ya que, la posibilidad de acceder a una buena atención “influye mucho en el pronóstico y es algo que se debe tener en cuenta en este contexto de crisis”.
Tanto Bertomeu como los firmantes del trabajo que publica esta semana la revista ‘Journal of the American Medical Association’ (JAMA), recuerdan que aún hay “mucho margen” para mejorar el diagnóstico y la atención de la hipertensión, por lo que hay que reforzar las estrategias de salud pública destinadas a este campo.
Fuente: elmundo.es