¿Eres alérgica a tu casa?

 

Noticia de EUA

Tratándose de casos severos de alergias, no solamente se debe culpar al polen de los ojos llorosos y de la rinorrea. Otros agentes causantes pueden esconderse en lugares inesperados de tu casa y hacer que te sientas peor. Es larga la lista de culpables de los estornudos: caspa de animales, moho, polvo y los ácaros del polvo (pequeños insectos que proliferan en materia orgánica, principalmente de escamas de piel), además del polen. Pero estos irritantes son manejables, y tener una solución para ellos ayudará a reducir los síntomas. Revisando las fuentes inesperadas de los estornudos, habitación por habitación, te ofrecemos algunos consejos para eliminarlas:

1. Las visitas que tienen perros

Las visitas que son dueñas de un perro pueden traer involuntariamente en su ropa caspa de sus animales a tu hogar y pueden depositar ese agente irritante en tus muebles tapizados, aunque no venga su mascota con ellos.

Solución: Aspira tus sofás y sillas tapizadas después de que el dueño de la mascota vino de visita. Para evitar que los alérgenos salgan fuera de la aspiradora, utiliza un filtro HEPA que atrapa hasta las partículas más minúsculas.

2. Cojines, mantas y juguetes de peluche

Sentarse en un sofá con estos accesorios podrá disparar los síntomas de alergia. Cuando entran estos artículos en contacto con la piel, significa que escamas diminutas se sueltan y los respiras. Son los ácaros del polvo. Si tu mascota se sienta o juega con cualquiera de éstos, también los cubrirá con su caspa.

Solución: Pon estos artículos en la secadora, en modo aire, de 10 a 15 minutos cada semana. (Si esto fuera nocivo para la tela, límpialos según las instrucciones del fabricante.)

3. Libreros

No sólo los giros de la trama de la novela que estás leyendo en este momento, son los que te traen lágrimas a los ojos. También puedes culpar al polvo que se acumula en los libros, en las fotos y demás adornos de los estantes. Los libros también pueden contribuir al problema con el moho de sus páginas interiores, especialmente en condiciones húmedas.

Solución: Mantener los estantes de todo tipo lejos de la cama o desterrarlos del dormitorio totalmente. Coloca tus libros, fotos y adornos en libreros con puertas de vidrio para que no recojan el polvo. Limpia las superficies y los pisos del dormitorio con aspiradora al menos una vez por semana

4. Los ácaros del polvo proliferan como en un caldo de cultivo en las almohadas de la cama

El calor y la humedad del cuerpo hacen a los ácaros del polvo multiplicarse en las almohadas de la cama, no importa qué tipo de relleno tengan.

Solución: Compra anualmente almohadas nuevas o ponles forros a prueba de alergia que puedas lavar una o dos veces al mes en agua caliente, (sigue las instrucciones del fabricante). Los forros anti-alergia están hechos de tela de tejido cerrado que es impermeable a los ácaros del polvo y son agradables al tacto.

5. Tapete del baño

Salir de la regadera al tapete del baño puede traer una cadena de estornudos y escurrimiento nasal. La humedad atrapada en el tapete del baño hace que los ácaros del polvo y el moho prosperen.

Solución: Elegir siempre tapetes lavables y cambiarlos cada semana. Después de una ducha o baño de vapor, colgarlo a secar y abrir la ventana para ventilar el baño.

6. El sello de la puerta del refrigerador

El sello de la puerta refrigerador es una a zona de gérmenes que en rara ocasión se lava y es un lugar fácil para que los hongos se desarrollen. Al transferir alimentos dentro y fuera, la humedad, migajas y derrames pueden acumularse en las grietas de la puerta fomentando su florecimiento.

Solución: Limpia el sello con una mezcla de lejía y agua o con anti-fungicida de forma semanal; utiliza un hisopo de algodón para entrar en las ranuras y limpiarlas bien.

7. Cocción de alimentos

La cocción de pasta en agua hirviendo puede ser un disparador de alergia significativa. El vapor sale de ollas y sartenes y se instala en lugares que no se limpian a diario. Los lugares donde la humedad puede aterrizar incluyen paredes, techos, puertas de los gabinetes, estantes superiores y las áreas ocultas detrás de los aparatos grandes.

Solución: Prender el extractor de la estufa para ventilar la humedad de la cocina —no es sólo para disipar los olores— hacia afuera de la casa. Si aparecen hongos, eliminarlos con una solución de lejía y agua.

8. Ropa húmeda

Dejar ropa mojada en el cesto o en la lavadora ocasiona que los gérmenes invadan toda tu pila de lavandería. Moho y bacterias pueden desarrollarse en la ropa húmeda que se queda durante días sin lavar. Igual se contaminan los artículos limpios que se encuentren alrededor de la lavadora, en unas cuantas horas.

Solución: No dejes nada húmedo, lava la ropa sucia y ponla a secar cuanto antes. Idea extra: utiliza detergente líquido en lugar de polvo, el polvo puede producir efecto irritante, empeorando los síntomas de la alergia

9. Tu cabello y tu ropa

Tu cabello y tu vestimenta son un caballo de Troya para introducir molestos alérgenos en tu hogar. Al llegar a casa después de pasar tiempo al aire libre, llevas polvo y polen en los zapatos, en la ropa y en tu pelo. El cabello largo y los peinados sueltos tienden a atrapar más irritantes que cuando se usa recogido.

Solución: Cuando estés en el exterior, cúbrete el cabello con un sombrero o un pañuelo. Cuando llegues a casa, descúbrelo y quítate los zapatos en la puerta. Cámbiate de ropa y usa algo que solo usas dentro de la casa. Lávate la cabeza con champú y sécate el cabello. Lava tu peine y cepillo semanalmente para mantenerlos libres de cualquier irritante que hayan recogido.

10. Las plantas

Este es un momento en el que no es tan fácil ‘ser verde’. El suelo húmedo puede favorecer el desarrollo de los hongos. Si se derrama agua sobre la alfombra puedes alentar el crecimiento de moho.

Solución: Regar o sacar afuera las plantas si el moho y el polvo causan que tengas síntomas severos. Si decides mantener las plantas en su lugar, coloca las macetas en mosaico y lejos de alfombras y cortinas. Consejos extra: una capa de piedras pequeñas, colocadas sobre el suelo, evitará la liberación de las esporas de moho que puede estar creciendo en el suelo.

11. Pecera

Sin el cuidado adecuado, puedes encontrar a Nemo contribuyendo a tus síntomas. El moho crece en las partes del tanque o del recipiente que están fuera del agua, que siguen siendo húmedas. Si la comida del pez es negligentemente esparcida, fomenta la formación de hongos y puede alimentar una colonia de ácaros del polvo.

Solución: Usa un trapo para secar las piezas que están por encima del agua, diariamente. Al alimentar a los peces, asegúrate de que el alimento caiga en el agua, no en la mesa o en el piso.

Fuente: prevention.com

 

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