Noticia de España
Según un estudio incluir en los menús el tiempo que se necesita para eliminar las calorías, ayudaría a elegir una opción más sana.
Uno de cada tres adultos en Estados Unidos padece obesidad, 35.7% de la población total, con la relación consecuente a enfermedades producto de esta condición que son entre otras, problemas del corazón, embolias, ciertos tipos de cáncer, diabetes tipo 2. Los costos relacionados a la obesidad, en el año 2008, fueron de $147 billones de dólares.
Entre los hombres de raza negra no-mexicanos los que tienen más altos ingresos son los que más tienden a ser obesos comparados con los de menor ingreso.
Las mujeres de altos ingresos tienden a tener mejor peso comparado con las de bajo ingreso.
No hay relación significativa entre obesidad y nivel de educación profesional entre los varones. Sin embargo entre las mujeres existe la tendencia de mejor peso a mayor educación universitaria comparado con las que solo estudiaron hasta la preparatoria o menos.
Muchas cadenas de comida rápida del país citado llevan años invirtiendo mucho dinero para cambiar su imagen hacia una más saludable. Una de estas iniciativas, fue la inclusión en el menú de las calorías que contiene cada plato. Aunque en un principio parecía que la medida era la solución, estudios recientes han demostrado que “su impacto en la disminución de la obesidad es insignificante”. ¿Pero qué ocurriría si además de mostrar las calorías se incluyera también el tiempo de ejercicio necesario para quemarlas?
Por ejemplo, para quemar las calorías que aporta al organismo una hamburguesa de un cuarto de libra, una mujer debería caminar a buen ritmo durante dos horas, y un hombre, algo menos. “Saber que necesitas entre una y dos horas caminando a buen ritmo (a una velocidad media de 5,5 kilómetros por hora) para quemar un alimento híper calórico puede hacer que elijas mejor lo que comes”, han añadido. Se eligió esta actividad física porque la mayoría de la gente puede practicarla y se puede incluir dentro de cualquier rutina diaria, “no como ocurre con correr o hacer jogging”.
Para el experimento, los investigadores eligieron gente joven, exactamente a 300 hombres y mujeres entre los 18 y los 30 años. Se dividieron aleatoriamente en tres grupos: un equipo recibió un menú bajo en calorías, otro grupo, uno con la información calórica, y el último recibió un listado con el ejercicio necesario para quemar las calorías. A todos los grupos se les ofreció lo mismo: hamburguesas, bocadillos y delicias de pollo, ensalada, papas fritas, postres, refrescos y agua.
“Aquellos a los que se les incluyó la actividad necesaria para quemar lo ingerido pidieron menos platos y consumieron menos calorías que el resto de grupos”, han continuado los autores. Entre los otros dos, no hubo casi diferencias.
El estudio presentado en el Congreso Anual de Biólogos Experimentales en Boston concluyó “que introducir esta información en los menús puede ayudar a los consumidores a elegir mejor los alimentos y a consumir menos”. “A pesar de que la investigación se realizó con jóvenes menores de 30 años, los resultados pueden ser aplicados a otros rangos de edad para modificar poco a poco los hábitos de alimentación”, han explicado en un comunicado los investigadores Meena Shah y Asheli James de la Universidad Cristiana de Texas.
Fuente: sociedad.elpais.com
