A menudo leemos acerca de lo que podemos hacer para aumentar nuestra felicidad a través de valiosos consejos, trucos y técnicas. Me encanta leer estas cosas y darme cuenta del impacto que tienen en mi día y en mi vida. Algunas veces es importante identificar qué hábitos tenemos que niegan todo el engranaje de mentalidad positiva que hacemos.
A continuación veamos 11 situaciones de las que muchos de nosotros somos culpables y saboteamos nuestra paz, alegría y tranquilidad:
1. Mantener resentimientos y rencores
El perdón es la llave a la libertad. Marianne Williamson, autora de 10 libros de crecimiento personal incluyendo un best-seller dice, “El perdón es en realidad para tu propio bien”. Cuando odiamos y sentimos enojo o resentimiento hacia otro, el impacto previsto para hacerles daño, se revierte hacia nosotros. Podemos albergar el enojo y resentimiento dentro de nuestras propias mentes y cuerpos y estos actúan en nosotros como un veneno.
Siguiendo el consejo de Williamson, trata de ver una situación diferente. ¿Cómo debe haberse sentido mi enemigo para actuar como lo hizo? ¿Qué miedos tenía? ¿Qué cualidades tiene esta persona que tal vez nunca he visto? Tengo cuatro hermanas y una de ellas no me ha hablado en 12 años —a pesar de mucho esfuerzo de mi parte. Me ha hecho sentir confundida y enojada durante mucho tiempo. Mi forma de pensar respecto a perdonarla me abrió un camino hasta la compasión. Ahora cuando pienso en ella, lo hago con amor. Requiere práctica y con el tiempo se vuelve más fácil.
2. Renunciar a los propios sueños
Ésta es la situación más triste. Como dice Marie Forleo, “El mundo necesita ese regalo especial que sólo tú tienes”. A menudo enterramos nuestros dones, seguimos un camino ‘seguro’ o simplemente no tenemos el valor de perseguir lo que queremos. Como consecuencia tendremos un montón de lamentos en nuestro futuro y aún, en nuestro presente. Una vez escuché que la definición del infierno es cuando se conoce a la persona que podrías haber sido. Nuestra voz interior sabe cuando no estamos viviendo nuestra verdad y esa voz no desaparece aunque hagamos nuestro mejor esfuerzo por callarla. Haciendo caso omiso de nuestros sueños no vamos a compartir nuestros dones únicos con el mundo.
3. No tomarnos el tiempo para hacer lo que nos da alegría
Esto está alineado con el número 2. ¿Te gusta escribir, dibujar, cantar, enseñar? Cuando no damos prioridad a lo que nos trae alegría, somos a menudo, totalmente inconscientes de la felicidad que podríamos estar experimentando. Como resultado tenemos una vida mucho menos rica y menos colorida.
4. Conformarte con relaciones superficiales
Cuando se hacen nuevos amigos se observa que las personas no hablan sobre las cosas que realmente importan, y mucho menos exponerse a ser vulnerables. Cuando se tocan temas como divorcio o haber crecido con cierta estrechez, facilita que el interlocutor tienda a abrirse también, porque todos queremos hacer una conexión genuina con los demás. A menudo la gente dice, “Es agradable hablar de estas cosas”. No nos damos cuenta de que conectar con otros no tiene nada que ver con presumir vacaciones exóticas o historias de carrera exitosas—se trata de hacer una conexión de alma, que a menudo surge de conversaciones más profundas.
5. ¡Compararte!
Según Buda: “La comparación es la ladrona de la alegría”. La comparación es selectiva, exagerada e irreal. No tenemos idea qué está pasando en la vida de otras personas. Nosotros podemos, por ejemplo, envidiar su fortuna pero no sabemos qué dificultades tienen sus hijos o si su matrimonio se está desmoronando. En su lugar deberíamos estar ocupados apreciando nuestra propia buena fortuna.
6. Valorar las posesiones más que las experiencias
Marianne Williamson, en su libro A Return to Love dice, “Las cosas materiales no son ni buenas ni malas, solamente son nada”. Apreciamos altamente las posesiones cuando las experiencias de la vida son mucho más significativas. A menudo no se hacen viajes, no se visita a seres queridos que viven lejos, no se asiste a un evento favorito en vivo o a cenas con un viejo amigo por tener como prioridad las compras y el atesorar objetos.
7. Conformarnos con una vida ‘apenas buena’
La gente verdaderamente feliz se impulsa. Ellos entienden que ampliando sus fronteras y progresando es gratificante y divertido. ¿Cuándo fue la última vez que hiciste algo totalmente nuevo o te pusiste un reto alto?
8. Dejarte dominar por el miedo, no por la creatividad
La próxima vez que tomes una decisión, permítete sintonizar de qué parte de ti viene. Las mejores decisiones siempre se hacen desde la creatividad y el amor. Jack Kornfield dice: “El miedo es la habitación más barata de tu alma. Me gustaría verte en mejores condiciones de vida”.
9. No compartir
¡El final de todas las cosas no somos nosotros! La más grande, más real y más gratificante sensación de felicidad proviene de ayudar a los demás. Conozco a un abogado quien enseña guitarra los domingos a los niños que no pueden pagar las lecciones. Dice que es una de sus mayores fuentes de felicidad. Para mí, esto es lo más hermoso del mundo —dar de nosotros mismos, es lo que crea más alegría.
10. Automedicarse
Brene Brown dijo en su famosa Ted Talk, “Estados Unidos es la nación más medicada, endeudada, adicta y obesa del mundo”. Todas estas cosas ofrecen satisfacción temporal, pero a largo plazo producen depresión. Estamos buscando la felicidad fuera de nosotros mismos cuando la alegría y la paz vienen de dentro.
11. ¡No vivir el momento!
Estamos muy ocupados preocupándonos por lo que será o no en el futuro o por lo que fue en el pasado. La verdadera alegría y la paz vienen de estar vivos y presentes en el momento actual. Es todo lo que tenemos y es lo que realmente es.
Fuente: dailytelegraph.com.au
1 Comentario
Me agradaron mucho todos los puntos; felicidades por éste tipo de información:) a llevarlos a la práctica!!