De todos los derechos que tenemos las mujeres, el más grande es el de ser madre. Desde muy pequeña entendí que el amor de una madre es infinito y que ella es capaz de desaparecer del planeta por mí, así que todo lo que ella me dice es muy IMPORTANTE para mí.
Yo crecí con remedies naturales, en mi casa jamás se usó el medicamento o la visita al médico (no nos enfermábamos).
La única vez que recuerdo que mis papas me hayan llevado al médico fue cuando apareció una mancha blanca grande en mi pierna izquierda a mis 10 años. Recuerdo perfecto las visitas a los dermatólogos y mis papas angustiados porque me podía afectar todo el cuerpo.
Esta vez la opción de un té de cebolla morada no era la mejor opción, se trataba de algo más grave.
Después de varias visitas a dermatólogos, mi papa decidió llevarnos de vacaciones a la playa. Ese verano fue magnifico, una semana en Oaxaca y otra semana en la Isla del Padre en el mismo mes.
La mancha blanca de 20 centímetros desapareció.
La ciencia médica afirma que la primera causa de cualquier enfermedad es el aire que respiramos, la segunda es el estrés, (de aquí parte el estudio sobre la relación entre enfermedad y emoción además de la importancia del descanso y la meditación) la tercera son los alimentos y la cuarta causa es el factor genético.
En esas vacaciones mi mama me recomendó todos los días tallarme con arena mi piel y nadar en el mar. Me explicó que es importante confiar en Dios y en su plan divino, también me dijo que tomara las cosas con más calma, que para todo hay un tiempo y me dio a comer más almendras, betabel y apio.
La mejor inversión que puedes hacerte por ti mismo es visitar el mar y permanecer varios días, respirar aire limpio es clave para el bienESTAR. Para que sea un éxito tu recuperación física y mental aliméntate con alimentos hechos por Dios. Recuerda que el cuerpo necesita O2 y que este también lo encontramos en los alimentos vivos.
Busca alternativas naturales antes de tomar la decisión de medicarte.
Gracias mamá por los más de 10 mil desayunos, comidas y cenas que nos preparaste con amor y paciencia. Gracias por darme el ejemplo de cómo ser mamá y felicitaciones a todas las mamacitas.
¡Brindemos por ellas!