Cuántas veces hemos escuchado decir esta frase “NO ME AGUANTO NI YO” o incluso lo hemos dicho en algunas ocasiones nosotras mismas, es importante que tengan en cuenta que nuestro intestino es nuestro segundo cerebro y sacamos con emociones si algo no se encuentra bien.
Les explicare de manera detallada, la función de nuestro sistema digestivo va mucho más allá de simplemente procesar la comida que ingerimos.
A continuación les mencionaré porque se dice que nuestro intestino es nuestro segundo cerebro:
- Es un sistema nervioso autónomo: Es decir tiene su propia autonomía para tomar decisiones, no necesita al cerebro para que le diga que es lo que tiene que hacer.
- El 70% de las células de nuestro sistema inmune vive en el intestino.
- El 50% de las heces fecales son bacterias: Muchas de esas bacterias son buenas y por eso los trasplantes de heces pueden ser una forma de tratamiento vital para algunos enfermos con un microbioma intestinal débil.
- Cuanto más diversificada la dieta, más diverso el microbioma: Es decir en nuestro intestino viven millones de microbios, a los que les gusta distintos alimentos, estos microbios son clave para la digestión porque su actividad le permite a nuestro cuerpo absorber ciertos nutrientes de los alimentos.
- El intestino está ligado a los niveles de estrés y al estado de ánimo: La serotonina se estima que en torno a un 85% se encuentra en el tracto gastrointestinal; la serotonina es un neurotransmisor que afecta a muchas funciones corporales, como el peristaltismo intestinal (movimiento intestinal), también se encuentra asociada a muchos trastornos emocionales, su concentración puede verse reducida por el estrés e influye en el estado de ánimo, la ansiedad y la felicidad.
- Si te da miedo un alimento, sentirás que te hace daño: Existen investigaciones que demuestran que si le tenemos miedo a algún alimento porque en alguna ocasión nos hizo daño o padecimos de alergias, somos propensos a comenzar a sentir síntomas y malestares con los alimentos relacionados.
Lo mejor que podemos hacer es darle la importancia a lo que nuestro intestino nos indica y sacar la emoción de manera verbal, es decir, el estrés no se va a ir, los problemas tampoco se van a ir, pero si nos comemos esas emoción en lugar de sacarla o expresarla, nuestra digestión se comienza a hacer cada vez más lenta, y es cuando nos encontramos enojadas, desesperadas y/o ansiosas, hagamos un cambio positivo y tratemos a nuestro intestino como lo que es una PRIORIDAD.