La educación de los hijos

 

Noticia de Canadá

La educación de los hijos es un tema que preocupa. Educarlos siempre ha sido una tarea compleja tanto para padres (abuelos o hermanos), como para educadores y bastante más para los ministerios que se ocupan del bienestar de las familias y sus hijos.

Partiremos de la base de que cada uno de los tres agentes antes mencionados intentará siempre hacer lo mejor para educar, aunque no asumimos que siempre se tenga éxito.

Pero, ¿qué es el éxito en la educación de los hijos? La respuesta difiere en cada cultura, en cada familia, y en factores como el económico (y varios más que no analizaremos aquí).

Tomando como ejemplo a países desarrollados de nuestro continente, como EUA y Canadá, se observa que las cosas están dichas y escritas de otra manera. No solo hablamos de los idiomas, sino de usos, costumbres y leyes que en algunos casos difieren bastante de las de nuestro país. Esta brecha de desconocimiento podría poner en riesgo nuestro equilibrio familiar, en alguna visita temporal a esos países.

Pondremos como ejemplo el tema de la sanción, algo que ocurre constantemente en la vida diaria:

Algunos padres, en su país de origen, practican como castigo azotar impunemente a sus hijos con cinturones. En los países citados podría significar la intervención de las autoridades y enfrentar consecuencias muy duras.

En lugar de sentir que estas autoridades están fuera de sí, lo primero que habría que pensar es que se trata de una manera de ver diferente, según otros valores culturales. Una simple nalgada (no estamos hablando de azotes con cinturón), también traería al Children Aid o al Childrens’ Wellfare al escenario. No se entiende de forma inmediata, que simplemente se está bajo otros valores de educación, donde ésta ya no es privilegio de los padres, pero sí de los empleados de agencias apoyadas por sus gobiernos que deciden por los padres cuando, según su buen criterio, no están haciendo lo estipulado en sus estándares.

En México también tenemos instancias de gobierno que trabajan en estos puntos. Desafortunadamente no se cuenta con recursos humanos, profesionales y económicos suficientes para dar seguimiento a cada caso y algunas veces, en el camino del rescate se encuentran los niños expuestos a nuevos riesgos de abuso.

Decíamos al principio que siempre se intentará hacer lo mejor para educar. Es nuestra obligación como sociedad ver por estos puntos a nivel de nuestra propia familia, mejorándonos a nosotros mismos de forma práctica. Leer, estudiar, asistir a cursos y talleres; hay mucho donde escoger. Nuestros hijos merecen la mejor educación y nuestro país también.

Fuente: diarioelpopular.com

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