La publicación del estudio PREDIMED marcó un antes y un después en la constatación del poder protector de la dieta mediterránea. Los principales resultados de la investigación con sello español demostraron que el patrón alimenticio, suplementado con aceite de oliva o frutos secos, era capaz de reducir la incidencia de infartos e ictus en un 30% en una población de riesgo .
Estudios secundarios han plasmado también sus efectos beneficiosos para el cerebro, la diabetes o la enfermedad vascular periférica, entre otros. Porque la lista parece seguir creciendo. La revista Circulation recoge esta semana los resultados de un análisis que demuestra que seguir una dieta mediterránea acompañada de aceite de oliva virgen extra ayuda a mantener alejada la fibrilación auricular , la más común de las arritmias cardiacas.
“Supone una auténtica epidemia emergente y hasta ahora no sabíamos mucho sobre cómo prevenirla”, explica Miguel Ángel Martínez, catedrático de la Universidad de Navarra, investigador del CIBERobn y principal firmante de la investigación.
Impulsados por la hipótesis de que la fibrilación auricular podría tener mucho que ver con procesos inflamatorios y de oxidación, el equipo de Martínez quiso analizar el efecto de la alimentación en la prevención del problema cardiaco.
Para ello, partieron de la muestra reclutada en el PREDIMED y estudiaron la aparición de fibrilación auricular en un subgrupo de 6.705 pacientes. Después de casi cinco años de seguimiento, un total de 246 personas desarrollaron el trastorno.
Al analizar los datos, los investigadores comprobaron que la incidencia era más baja entre los participantes a los que se les asignó una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra (los otros dos grupos tomaban dieta mediterránea suplementada con frutos secos o una dieta baja en grasas).
Según Martínez, estos beneficios asociados únicamente al grupo suplementado con aceite pueden deberse “al efecto antiinflamatorio y antioxidante del aceite de oliva virgen extra” en el contexto de una dieta mediterránea. A los participantes, subraya, se les indicó que tomaran al menos cuatro cucharadas soperas al día de esta sustancia y la reducción del riesgo de fibrilación auricular observada rondaba el 38%.
Martínez recuerda que las conclusiones del trabajo “deben ser replicadas” por nuevas investigaciones, pero los datos obtenidos permiten sugerir la dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva como una estrategia a tener en cuenta en la prevención de la fibrilación auricular.
“Uno de los datos que observamos era que cuanto mejor era la adherencia a la dieta [la investigación realizó un seguimiento anual a los hábitos dietéticos de los participantes], mejor era también la protección frente a la fibrilación auricular”, subraya el investigador.
Fuente: elmundo.es