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¿Cuáles son las mejores brazadas para aliviar el dolor de la espalda baja?
Muchas personas han encontrado que la natación recreacional ayuda a aliviar el dolor de espalda, y existen investigaciones que apoyan esta tesis, pero algunas brazadas ayudan más que otras.
Una de las ventajas de ejercitarse en alberca es que el sostén del agua elimina el estrés en las articulaciones. Al mismo tiempo, natación y otros ejercicios acuáticos pueden fortalecer la espalda y los músculos alrededor.
Sin embargo, no todos los que tienen dolor de espalda deberían saltar a la alberca, dice el Dr. Scott A. Rodeo, médico del Equipo Olímpico de Natación de los EUA en los últimos tres Juegos Olímpicos. El dolor de espalda tiene un sin número de causas potenciales, así que lo primero que se debe hacer es una evaluación y diagnóstico cuidadosos. El médico puede recomendar la atención de un fisioterapeuta que empiece con ejercicios de pie en el agua con bandas y pelotas para ejercitar el tronco y los músculos de la espalda baja.
Si existe autorización para nadar y se es principiante, prestar mucha atención a la técnica. Se debe trabajar con un entrenador de ser necesario. También es aconsejable empezar con brazada de pecho porque el nado mariposa y el nado libre exigen mayor rotación del tronco. El nado de dorso es otra buena opción, dice el Dr. Rodeo, jefe adjunto de Medicina del Deporte y Servicio del Hombro en el Hospital for Special Surgery en Nueva York, “Con las otras brazadas se tiene un potencial de súper extensión de la espina dorsal y con el dorso se evita por estar de espalda sobre el agua”.
Como con cualquier otra actividad empezar de forma paulatina nadando dos veces a la semana y progresar despacio en un término de cuatro a seis semanas, agrega Rodeo. En un estudio japonés los investigadores dieron seguimiento a 35 personas con dolor en la espalda baja que enrolaron en un programa de actividad acuática y mostraron mejoría después de seis meses, encontrando que mejoraban más los que nadaban dos veces a la semana sobre los que lo hacían una sola vez. “La mejoría física fue independiente de la habilidad inicial para nadar”, reportaron.
Fuente: well.blogs.nytimes.com
