EUA: La verdad detrás de los químicos “aprobados” por la FDA

¿Estás preparando guisados con químicos para tu comida? ¡Probablemente!

Los norteamericanos disfrutan de una menor calidad de vida y de salud que la población de la mayoría de las otras naciones de altos ingresos. Uno pensaría que sería una prioridad nacional asegurarse de que no hubiera ningún químico, sospechoso de culpa, escondido en la comida. No es así, según un nuevo análisis hecho por científicos de Pew Charitable Trusts, publicado en estos días en Reproductive Toxicology. El análisis muestra que las autoridades y los reguladores prestan muy poca atención a la sopa de letras de aditivos en alimentos envasados norteamericanos.

La mayoría de nosotros asume que estos aditivos químicos -los que emplean los procesadores de alimentos para disminuir costos, mejorar el sabor, agregar color y alargar la vida útil- son sanos.

Aunque leyes federales y ciertas regulaciones dicen que no pueden usarse aditivos químicos en los alimentos hasta que hayan sido probados y calificados como seguros, los científicos de Pew encontraron que 54% de los productos químicos agregados a los alimentos nunca han sido sometidos a las pruebas de seguridad más básicas recomendadas por la Food and Drug Administration. También revelan que no se han hecho el tipo de pruebas recomendadas por la FDA en el 88% de los productos químicos de ‘preocupación elevada’ por la toxicidad reproductiva y del desarrollo.

Los científicos llaman diplomáticamente ‘lagunas de conocimiento’ al fracaso de la industria de aditivos al probar sus productos totalmente. Estamos dispuestos a apostar que la mayoría de la gente lo llamaría una práctica irresponsable.

Aún cuando la industria de aditivos haya completado las pruebas apropiadas, el uso aditivo en los alimentos no permanece constante. Patrones de compra del consumidor y las formulaciones del producto cambian con el tiempo, así que los estimados de seguridad cuando un aditivo salió al mercado originalmente, no necesariamente reflejan a lo que estarán expuestos los consumidores este año y el siguiente. Leyes federales no permiten a los reguladores o al público averiguar cuántos kilos de aditivos químicos producen esas industrias cada año o si los niveles de exposición de la gente promedio están aumentando o disminuyendo. Una vez que un aditivo es declarado seguro para la FDA, no es necesario evaluarlo nunca más.

Una de las razones de este lamentable estado de cosas es que la ley federal calificó a un montón de productos químicos como ‘seguros’ para agregarse a los alimentos antes de 1958 cuando todavía no se había notado algún problema. Otra razón: la FDA deliberadamente omite ciertas verdades incómodas: Análisis de Pew revelan que la FDA esta consciente de que ciertos aditivos químicos no están siendo estudiados suficientemente. La agencia permite a la industria aditiva introducir papeleo argumentando que ha probado someramente los productos químicos y que son seguros para añadirse a los alimentos. La FDA rara vez se opone, en cambio, acepta pasivamente la palabra de la industria, según Pew.

Otro problema consiste en que productos químicos se filtran en los alimentos provenientes del empaque o del procesamiento. Si una pequeña partícula de químico se filtra al producto, la FDA no exige al fabricante que haga estudios rigurosos. La posición de la agencia se basa en la idea anticuada de que todas las sustancias químicas son benignas en pequeñas cantidades. Pero se ha demostrado que una clase de productos químicos llamados disrruptores endócrinos señalan desestabilización hormonal aún en dosis muy pequeñas. Estos reglamentos anticuados pueden causar a la FDA que pierda piezas críticas de información sobre la seguridad de los productos químicos en los alimentos.

El estudio de Pew hace eco con la experiencia de EWG (Evironmental Working Group por sus siglas en inglés) que ha escarbado la literatura científica buscando datos sobre los productos químicos que se añaden a los alimentos. No hay muchos estudios publicados que hayan evaluado minuciosamente la seguridad de estos aditivos ni tampoco hay una supervisión de la FDA. La línea de fondo es: El juicio sobre la seguridad de los aditivos está basado en el lucro y se está quedando en manos de los científicos de la industria con conflicto de intereses.

Los defectos descritos por Pew muestran por qué no podemos fiarnos que la FDA haga su trabajo. No me extraña que muchos consumidores y defensores crean que la agencia ha abdicado de su rol como guardián vigilante de la seguridad de los aditivos.

Es prioritario resolver este asunto

Conclusiones de los científicos de Pew muestran cuán poco ha mejorado la situación desde un análisis de 1985 realizado por dos científicos de la FDA y publicado en Regulatory Toxicology And Pharmacology. Los científicos dijeron que su agencia no poseía suficientes datos toxicológicos en el 90% de los productos químicos agregados a los alimentos.

La FDA no sabe cómo remediar la situación o le falta el deseo de hacerlo. De cualquier manera, los estadounidenses tienen derecho a saber acerca de las implicaciones para la salud de los aditivos en los alimentos. Estados Unidos necesita un plan para llenar estos vacíos de conocimiento en forma oportuna y para evaluar la seguridad de los aditivos en una base regular.

La European Food Safety Authority está reevaluando la seguridad de todos los aditivos permitidos en los alimentos vendidos en la Unión Europea. Su panel de expertos está exigiendo que la industria proporcione toda la información faltante. Los estadounidenses, especialmente los niños, merecen el mismo tipo de esfuerzo y dedicación.

Fuente: ewg.org

 

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